Juan viajaba en el tren con su madre. Era un niño de siete años, con ojos pardos, cabello negro como el azabache, travieso y muy dulce. Él y su madre viajaban en tren para visitar a su abuelo Fermín que vivía en el pueblo de Salamanca.
-Mamá,¿falta mucho para llegar?-dijo Juan
-No mucho cielo, en una hora estamos allí.
Juan comenzaba a aburrirse, miraba por la ventana y solo veía montaña, se fijaba en las nubes e inventaba que eran animales. De pronto vio un hombre que se sentó a su lado. Era muy alto, y vestía con una gran gabardina marrón con botones desabrochados, su cabeza estaba cubierto por un sombrero y en la mano llevaba un maletín. El hombre sonrío al niño y el niño le devolvió su sonrisa.
-¿Cómo te llamas?
-Soy el Señor Torisi
-Hola señor Torisi, yo me llamo Juan voy con mi mamá a visitar a mi abuelito que vivie en Salamanca.
-!Que divertido!, yo voy a mi casa con mi mujer se llama Rosa y también voy a Salamanca. Vengo del aeropuerto, porque he tenido que ir a trabajar a París y vuelvo a mi casa.
-París debe ser muy divertido, Mi mamá me ha prometido que estas vacaciones de verano iremos allí.
-Te gustará mucho, es muy bonito.
-¿Tu no te aburres en el tren?
-Sí pero intento distraerme con el periódico.
-Tengo un juego muy chulo, se trata de mirar las nubes y decir a que animal te recuerdan
-¡Que entretenido!. Aquella de allí parece... un conejito ¿lo ves?
-Sí es verdad un conejito.
La madre de Juan estaba ensimismada leyendo artículos en el periódico y no se enteraba de nada. El sonido del tren advirtió a los pasajeros que ya habían llegado.
-Adiós Señor Torisi, me ha encantado conocerle, ojalá nos volvamos a ver- dijo Juan
-¿Cariño, con quien hablas? - dijo su madre extrañada.
-Con mi amigo el Señor Torisi, es un señor muy simpático que he conocido en el tren.- explixó
- Juan, hijo que imaginación tienes- contestó su madre
Cuando llegaron comieron con el abuelo y fueron a dar un paseo por la plaza.
¿Quieres que entremos a comprar unas golosinas a esta tienda? -le dijo el abuelo a Juan
-!Sí abuelito, me encantan las golosinas!.
Al entrar Juan vio al Señor Torisi en la tienda y corrió hacia él.
-!Señor Torisi!,!Que alegría verle!.
La dueña de la tienda miró tristemente al niño.
- ¿Has dicho Señor Torisi?. Así se llamaba mi marido. Pero murió hace años. Aún le recuerdo iba siempre con su sombrero y su gabardina desabrochada- dijo la mujer entre llantos.
-Mi amigo se llama así y también tiene un sombrero, le conocí esta mañana en el tren dijo que veníade París y volvía a Salamanca a su casa con su mujer, se llama Rosa. -confesó a la tendera.
-!No puedes ser¡ !Es mi marido¡. Murió en un accidente de tren cuando volvía a Salamanca de un congreso en París, después no volví a verle vivo. -dijo la mujer con desesperación.
-Juan amigo, ¿me harías un favor?- dijo el señor Torisi. Ella es mi mujer, Rosa, de la que te hablé en el tren, ¿puedes decirle, que estoy bien?. También dile que me acuerdo siempre de ella allá donde estoy,que hoy he venido para decirle adiós por que tengo que cruzar a la luz y que estaré siempre con ella cuando lo necesite.
-Señora el Señor Torisi dice que está bien, que se acuerda mucho de tí allá donde va. También me ha dicho que hoy ha venido para decirla adiós porque va a cruzar a la luz, pero estará siempre contigo cuando lo necesites.
La mujer se alegró mucho de haberse despedido de su amado.
-Adiós amigo, Gracias por haberme ayudado- el señor Torisi se despidió de su mujer dándole un beso en la frente y le dió un gran abrazo a Juan.
-Rosa, el Señor Torisi ya se ha ido, no se preocupe porque allí donde esté estará bien.
La mujer de la tienda le dió las gracias al niño por haberla dado el recado de su marido.
El abuelo emocionado salió de la tienda con Juan y se despidió de la tendera.
-¿Porqué habeis tardado tanto?- dijo su madre
-Estaba despidiendome de mi amigo, el Señor Torisi.
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