Estaba
nervioso, Clara iba a decirme quien era mi verdadero padre, pero aun no estaba
seguro, ¿y si Clara solo lo que quería es que de una vez por todas tuviese una
familia feliz?, habría que esperar. De repente, surgió lo inesperado. Clara,
iba a subir al ascensor. Antes de llamar, me dijo:
-Antes
de que entres, debo hablar con él, no quiero decírselo de golpe.
-Vale
¿Quién
sería mi padre?, ¿le conocía yo de antes? Dudas que llenaban mi cabeza.
Pasaron
diez minutos y Clara bajó.
-Ya
podemos subir.
Nervioso,
miles de nervios tenían dentro. De pronto Clara me tapó los ojos para que no
viese a que habitación entraba.
Y
me encontré con Pedro.
-Pedro,
¿eres el compañero de habitación de mi padre?
-Es
tu padre- dijo Clara
-¡Cómo!
¿Pedro? Pero si… ¡No es posible!
-Sí
lo es- dijo Eva
Eva
trabajaba en el laboratorio, al parecer había hecho la prueba de paternidad.
-Es
tu padre- sonrió Clara
-Santiago,
hijo mío al fin puedo abrazarte
-Papá-
estuvimos abrazados los dos llorando de alegría
-Pero
un momento, Papá tiene familia, ¿Quiénes son?
-Son
tu madre y tu hermano Pablo
-¡Quiero
conocerlos!
-Los
conocerás vienen de camino.
Al
fin pude abrazar a mi verdadera madre, y a mi hermano. Al fin mi familia, me
querida familia, era normal, la que siempre soñé y deseé.
-Clara,
gracias te doy por salvarme, si no hubiera sido por ti no hubiera conocido a mi
familia.- y la abracé.
Fueron
momentos muy agradables para todos. Fui a conocer mi casa, era muy bonita.
Cenamos todos juntos, incluso les enseñé mi refugio, aquel a donde iba cuando
las lágrimas del destino me invadían. Me quedé a dormir bajo las estrellas con
mi hermano Pablo, que me confesó que estaba deseando que llegase.
Estaba
en deuda con Clara, debía hacerle un favor. Debía encontrar a su padre seguro
que sí. Entonces hablé con mi madre, que era su hermana.
-Mamá,
Clara me contó que el abuelo partió a la mar y nunca volvió, ¿sabes de algún
amigo suyo?
-Sí
partió a la mar, nunca regresó. No sé
nada. Solo sé que partió al mar Mediterráneo.
-¿Utilizaba
algún uniforme?
-No
lo sé nunca lo vimos.
Tenían
un baúl donde guardaban las cosas de su padre, allí solo encontré una gorra,
era de publicidad. Estaba escrito: R&H Calle Garcilaso de la Vega nº23
(Cádiz). Al parecer era una gorra de publicidad de algún sitio, era Cádiz,
casualmente en el Mar Mediterráneo, seguí buscando y encontré un diario, un
diario que tenía llave, lo abrí con un cuchillo, en las últimas hojas decía:
“Hoy hemos obtenido
una buena mercancía volveremos a puerto mañana al alba, y cenaremos para
celebrarlo en el restaurante de Ricardo e Hilario. No obstante tenemos que
seguir trabajando en la mar unas semanas más”
No
tenía mucho sentido la última hoja escrita pero era la última. Debía ir a
Cádiz, seguro que allí sabía dónde estaba. ¡Claro! Miré el papel de nuevo,
decía claramente “Ricardo e Hilario” R&H. Seguro que allí sabían dónde
estaba. Pero no podía ir aún a Cádiz porque pronto operarían a mi padre.
El
día pasó en cuestión de horas superápidas. Y el día antes de la operación se presentó volando.
Me
llevé a mi padre a mi refugio, para que viese la fantástica puesta de Sol.
-Estamos
tan felices de haberte conocido Santiago-dijo mi padre
-Y
yo de tener la familia que siempre deseé
-¿Qué
hora es?- dijo mi padre
-El
cinco menos cuarto
-El
Sol se pondrá más tarde entonces-me dijo.
El
día de la operación llegó, estuvo siete horas en el quirófano y todos estábamos
nerviosos, yo ya había vivido esa experiencia antes y la verdad es que no me
gustaba nada. Al fin salió esta vez una doctora.
-La
operación se a logrado con éxito, el paciente está bien.
Al
cabo de un rato pudimos ver a mi padre. En unos años se recuperó. El cáncer le
había huido. El destino fue justo con nosotros.
Eva
y yo nos enamoramos, y la pedí matrimonio. La boda se celebraría el tres de
mayo.
Antes
de esa fecha debería encontrar a el padre de Clara, quería que fuese una
sorpresa a si que le dije a mi madre que le dijese a todos que me había ido a
un congreso
Le
dije a mi hermano que me acompañara. Al llegar allí, fuimos al restaurante R&H, y preguntamos por él.
-Hola
discúlpenos, ¿conoce usted a Gregorio? Dije enseñándole una foto
-Claro
que le conozco era mi gran amigo
-¿Sabes
dónde está?- dijo mi hermano
-Estará
en su casa, tomad la dirección-dijo apuntando en un papelito
-De
acuerdo muchas Gracias
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