El Misterio del Crimen del Lobo, Capítulo X
Me levanté. Ya había recuperado un poco el sentido sobre lo que había sucedido aquella noche en el bosque. Mi padre habría salido a trabajar. Necesitaba saber como estaban Isabel y mi abuela así que me puse mi vestido, almorcé y salí por la puerta. Fui a buscar a Isabel, cuando llegué a su casa llamé a su puerta y salió a abrazarme.
-Amapola, gracias a Dios que estás viva. Pensé que no saldrías viva de allí. !Gracias por haberme salvado!
-No hay de que, solo quería saber que estabas bien. Y quería pedirte perdón, por mi culpa ese asesino te secuestró.
-No tienes porqué pedirme perdón gracias a ti sigo viva.
-¿Recuerdas algo cuando el lobo te atrapó? ¿viste algo o a alguien?- le pregunté intrigada
-Recuerdo que iba por el bosque, salí a por agua y alguien me golpeó por detrás. Cuando desperté estaba en un lugar muy oscuro apenas veía nada. Notaba unas cuerdas que me amarraban el cuerpo a una silla. Pero no vi en ningún momento a nadie.
-Vaya tuvo que ser horrible. Bueno Isabel, debo irme. Me alegro mucho de que estés bien. Y prometo que nunca más iremos al bosque, intuyo que la verdad está cerca.
-Ten cuidado. Ese asesino quiere jugar.- me dijo
-Lo tendré.
Fui de camino a casa de mi abuela. También necesitaba saber si ella estaba bien. En el camino me encontré a Vicenta.
-Amapola, ¿que tal estas?- me dijo
-bueno, he de decir que no muy bien. Ya sabes que esto es muy confuso.
-Claro que lo sé, bueno ella está en un lugar mejor.
-He de seguir, adiós Vicenta. -me despedí
Cuando al fin llegué a casa de mi abuela, llamé a la puerta.
-!Amapola! !Estas viva! !Dios te bendiga!- me dijo mi abuela
-Me alegra saber que estás bien abuela, he venido para saberlo
-Sí. Tengo que decirte algo. No te acerques a ese Francisco, parece que oculta algo. Quién sabe si no es el asesino.
-No me acercaré lo prometo. Bueno ahora he de irme, voy camino de la iglesia.
-Antes de que te vayas. Quiero que sepas algo. Manuel y yo vamos a casarnos dentro de dos días. Es muy precipitado pero el Padre Alfonso nos ha conseguido la boda pronto.
-!Que alegría abuela! ¿Lo sabe ya padre?
-No, por eso quiero que le des tu la noticia en persona, y ahora ve, que la mañana avanza.
La mañana avanzaba era un día soleado. Iba a hacerle una visita al padre Alfonso. Cuando llegué la iglesia estaba casi vacía solo tres señoras rezaban arrodilladas. Fui a su salita y esperé a que viniese.
Su mesa estaba muy desordenada, tantos papeles en montonera, regalaban el aspecto desastroso a la mesa de trabajo. Cuando fui a sentarme, sin querer tiré unos papeles al suelo. Cuando fui a recogerlos, vi algo que me hizo palidecer. Un papel, él y otra persona presentaban una acusación de herejía contra mi madre. Ya sabía que el lo hizo pero, la otra persona acababa de ser descubierta. Era nada más y nada menos que Vicenta. Era todo lo que necesitaba saber, así que recogí los papeles y salí de allí.
Salí despavorida, para no ser descubierta.
Me apetecía descansar. Esa maldita señora, que aparentaba ser amiga de mi madre en el fondo la odiaba. Así que había pasado de ser amiga a sospechosa.Cuando entré en mi casa, la puerta estaba abierta. Y enmudecí de terror al ver otra carta. Sin mas dilación la abrí y me preparé para lo peor.
"Que bien lo pasamos anoche. Aunque no cumpliste con el trato, sé que ese manto no era el que buscaba. Por eso me he tomado las molestias de cogerlo yo mismo. Tu padre a ido a por mí, cree que me va a encontrar. Pero bueno, nosotros seguiremos jugando, cada vez estás más cerca de la verdad
El lobo"
No lo podía creer mi padre no había salido a trabajar, había salido a por el lobo. Eso quiere decir que sabía quien era.
La verdad es que leer los últimos capítulos con esa música da un toque interesante. Espero que sigas escribiendo, no está nada mal, vaya, seguro llegas lejos :)
ResponderEliminarUn consejo, no tengas prisa, entretente en los detalles de la historia. Yo tuve ese error en mi anterior blog y perdí mi propio interés en seguir escribiendo.
Un beso y sigue!!! Ya sabes que aunque tarde, te leo.